jueves, 11 de octubre de 2012

La Poesía Lírica Mexicana


Poesía Lírica Mexicana

La palabra "lírica" define todo aquello relativo o perteneciente a la lira, o a la poesía propia para el canto.
Sus orígenes son griegos: se trataba de aquella poesía que no estaba destinada a ser leída, sino a ser recitada ante un público por un individuo o por un coro, acompañado de algún instrumento de música, principalmente de lira.

La poesía lírica ha sido definida tradicionalmente como la expresión de los sentimientos por medio de la palabra este género literario se caracteriza por la subjetividad, es decir, el poeta nos ofrece una parte de su pensamiento, de su interior, de su visión de la realidad. Cualquier expresión de las emociones del autor ante la contemplación del mundo o de la realidad puede ser considerada lírica: amor, pena, soledad, miedo, fracaso, alegría, desamparo, nostalgia... Esta expresión de los sentimientos no puede hacerse de cualquier manera, sino que se suele ver sometida a una gran depuración técnica y estética. Por ello, quizás la característica formal más reconocible de la poesía sea la de estar escrita en verso.

Algunas características de la poesía lírica son:
-El autor transmite un determinado estado de ánimo, es decir, la poesía lírica se suele caracterizar por la introspección y la expresión de los sentimientos.
 
-Un poema no narra una historia propiamente dicha, en él no se desarrolla una acción, sino que el poeta expresa, de manera inmediata y directa, una emoción determinada.
 
-La poesía lírica exige un esfuerzo de interpretación al lector, que debe estar, cuando menos, algo habituado a esta forma de expresión literaria.
 
-Suele haber una gran acumulación de imágenes y elementos con valor simbólico.
 
-La mayoría de los poemas líricos se caracterizan por su brevedad: no es frecuente que sobrepasen los cien versos.
 
-Debido a esa brevedad, hallamos una mayor concentración y densidad que en el resto de géneros literarios.
 
-Un poema es la expresión directa del sentimiento del poeta al lector; esto es, debe ser considerado una especie de confidencia hecha a solas.


La literatura mexicana cuyos antecedentes los encontramos en las culturas y los pueblos indígenas de Mesoamérica dio paso a su evolución con el mestizaje que se produjo con la llegada de los españoles; sufre sobre todo la introducción de la lengua española y desde sus inicios comenzó a trascender por medio de personalidades como Bernardo de Balbuena, Carlos de Sigüenza y Góngora, etc. Hasta finales del régimen colonial con personajes como José Joaquín Fernández de Lizardi. Durante la conquista Varios conquistadores letrados dejaron testimonio de sus combates en crónicas, empezando por el mismo Hernán Cortés.
Ya como nación independiente, la inestabilidad política de México durante el siglo XIX favoreció el declive de la literatura, mientras que a finales de este siglo la literatura comienza a resurgir con obras costumbristas donde los intelectuales mostraban como veían al pueblo y ya para los últimos años del siglo XIX los escritores adoptan tendencias pre-modernistas. Con la revolución mexicana se fortalece el género periodístico, y posterior a esto se adopta a la revolución como tema central para los novelistas de la época quienes no solo aprovecharon la esencia novelística sino también hicieron obras teatrales, cuentos con escritores como Mariano Azuela o Rodolfo Usigli. Esta tendencia impuso el florecimiento de una literatura nacionalista con escritores como Rosario Castellanos o Juan Rulfo.

En este entonces entro en escena una literatura de corte indigenista, que pretendía retratar el pensamiento y la vida de los pueblos indígenas de México.   En este mismo orden fueron surgiendo corrientes y movimientos literarios que fueron marcando el camino de la literatura y abriendo paso a nuevos horizontes   y nuevas formas de expresión.
La literatura mexicana rompió el cordón umbilical con los modos y escuelas novelísticas españolas a través de los grupos y movimientos vanguardistas, muchos de ellos no marcaron trascendencia dentro de las letras, pero si participaron del florecimiento de una nueva literatura en México.

En conclusión la literatura mexicana desde sus inicios hasta hoy sigue protagonizando tanto en grupos, movimientos o con escritores individuales el testimonio presencial de cambio de la nueva vanguardia para el mundo hispanohablante.

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